El Gobierno está decido a impulsar nuevas medidas que mitiguen la debacle económica, en un momento en el que la actividad se sitúa al borde de la recesión. En la mesa de negociación en la que participa junto con sindicatos y empresarios, el Ejecutivo aportó el jueves un paquete de propuestas que van desde el estímulo a los empresarios para que contraten a parados de larga duración, o a trabajadores en general en sectores hacia los que se quiere dirigir la economía, hasta la ayuda directa a desempleados que no puedan hacer frente a los pagos de sus préstamos hipotecarios.
La pensión mínima de jubilación para las personas de 65 o más años con cónyuge a su cargo será de 9.709,28 euros anuales, mientras que para los beneficiarios menores de esa edad y viudas con cargas familiares será 9.087,82 euros. Si la persona jubilada tiene 65 o más años y carece de cónyuge recibirá un mínimo de 7.831,74 euros.
Maravillas Rojo recalcó que frente a la coyuntura actual hay que encontrar medidas que se encuadren en el ámbito de la Unión Europea. Pero mientras tanto, el Gobierno no puede estar con los brazos cruzados. Por ello, adelantó que se trabaja codo con codo con los agentes sociales para tratar de actualizar diversos programas que combinen empleo y formación de los que se puedan beneficiar unas 100.000 personas.
El paro registrado en los Servicios Públicos de Empleo aumentó en 36.492 personas en julio, por cuarto mes consecutivo, y situó el número total de desempleados en 2.426.916, un 1,5% más que el mes anterior y la mayor cifra de parados desde abril de 1998, según datos del Ministerio de Trabajo.